Este año pasamos la noche del 24 en nuestra casa y nos acompañaron mi hermana Juli, mi prima Jimena y mi tía Cristina que, por tener que trabajar ese día, no pudieron viajar a Pensilvania (Caldas) a reunirse con el resto de la familia. Nosotros también teníamos viaje planeado a Pensilvania, pero el invierno ha hecho estragos en las carreteras y eso hizo que no viajar en este momento fuera la mejor decisión.
Preparamos una rica comida árabe con quibbes (comprados, esos todavía no me atrevo a prepararlos), tabouleh, tahini de garbanzos, arroz con almendras y pollo y mucho pan árabe. Para tomar agua de flores de jamaica ( no muy árabe, yo sé). Cocinamos entre todos, comimos, rezamos la novena, cantamos muchos villancicos y repartimos los regalos.Mi familia es muy creyente, por eso dejar de rezar ese día era imposible, a pesar de mis propias convicciones. Los villancicos son otra tradición súper importante en mi casa, mi abuelita canta desde que se levanta hasta que se acuesta y por supuesto se los sabe todos... y nosotros también. Nos reímos contando cómo, cuando somos invitados a las novenas en otras casas, siempre somos nosotros los que terminamos cantando pues nadie más se los sabe.
Fue una noche tranquila, muy agradable, en familia aunque poquitos.
1 comentario:
No había visto tu comentario Jan. Gracias =)
abrazo para tí también.
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