sábado, 31 de mayo de 2008

Resumen

Esta fue una semana... eh... movida?, difícil?.... diferente, digamos. El súper plan del lunes de biblioteca con los chiquitos y con almuerzo-picnic (el cual madrugamos a preparar) se frustró por un pequeño detalle que ignorábamos: los lunes festivos la bilioteca Virgilio Barco no abre (ahí les dejo el dato). Qué hacemos? entramos al parque Simón Bolívar? no, el clima está terrible, amenza lluvia y los chiquitos no están bien todavía. Visitemos a la tía Nael!! ... no estaba. En fin, media vuelta y a la casa.

El martes es nuestro día rutinario de biblioteca, pero acordamos que cuando el lunes fuera festivo, la clase de natación que es ese día se pasa para el martes. .... No hubo clase =( por tanta lluvia del fin de semana la piscina estaba fuera de servicio. Los chiquitos no tenían clase, pues el jardín estaba de trasteo. Niños, se acabó el recreo, a trabajar!! matemáticas, sopas de letras y crucigramas con palabras relacionadas al tema que estamos estudiando. Clase de Juanjo por la tarde. Llevarlo. Recogerlo.

El miércoles fuimos a conocer la nueva sede del jardín, muy linda, más campestre, los niños van a disfrutar mucho del contacto con patos, perros y gallinas. Nos quedó tiempo en la mañana para trabajar un poquito, no con tanto ánimo como ayer. Clase de Juanjo por la tarde. Llevarlo. Recogerlo.

Jueves, día sin clases para Mariale y Juanjo. Mamá deprimida, agotada, angustiada... escondida para que los chiquitos no me agobien por al menos diez minutos. Necesito recargarme, sólo dar y dar y dar... no es saludable por mucho que adore a mi familia. Nota de Mariale por la ventana: "Mami, no llores, te quiero mucho". A pesar de todos mis temores parece que logramos criar a una linda personita.
Alquilamos películas, hicimos crispetas. Mariale y Juanjo armaron la carpa en el estudio para quedarse hasta tarde viendo las películas en el computador.

Viernes, tranquilo!!! apereció la recarga por donde no lo esperaba. Juan José decidió renunciar a su clase de guitarra y Martín me sugirió que la tomara yo. Rico!! no tocaba hace como quince años, ya se me había olvidado que me gustaba cantar, no sólo para calmar a los niños sino por el gusto de hacerlo. El profesor me dijo que soy muy musical... si, ya lo sabía, que entono fácil... si, ya lo sabía, que soy muy pila... si, ya lo sabía!!! DOSIS DE AUTOESTIMA!!!!!

De estudio poco... pero más que la semana pasada. Espero que la próxima logremos aumentar un poquito más.
Aprendizaje mucho, todos los días, eso no lo dudo ni por un momento.

A ver cómo nos va en este puente.

lunes, 26 de mayo de 2008

Fin de semana

Fin de semana largo, muuuy largo con tanta lluvia, y los chiquitos enfermos sin poder salir de la casa.

Este viernes Adelaida nos estrenó con el primer dolor de oído de nuestros casi once años de paternidad... terrible. Es muy duro ver a una personita tan fuerte y resuelta en una situación de tal fragilidad. Benditos sean los odiados antibióticos cuando de otitis se trata.

El sábado fue de Jacobo, muy decaído, muy consentido, lo bueno: durmió casi todo el día. Con él casi ninguna gripa pasa de esto... a pesar de lo mal que come (a mi parecer), es extrañamente resistente a los virus.

Hoy, domigo de calma, normal, las mismas peleas de casi todos los días... mucha lluvia... chimenea y masmelos. Juan José estuvo jugando desde temprano a ser diseñador de juegos para computador con ese entusiasmo que el se reserva para muy pocas cosas. Hace mucho tiempo no lo veía incluir en sus juegos algo parecido a "cuando sea grande quiero ser..." pues no parece estar muy definido en sus intereses al respecto. Es lindo verlo cuando está así de encarretado.

Mañana, lunes festivo, planeamos ir a la biblioteca Virgilio Barco; casi nunca vamos con los cuatro niños, pero cuando van, todos se divierten como enanos. Ojalá el clima nos ayude, pues el plan es con almuerzo (picinic) incluido.

Hasta ahora poco o nada he hablado sobre nuestro homeschool... ya tendre tiempo de organizar mis ideas y ponerlas por escrito.

viernes, 23 de mayo de 2008

Dulce compañía

Hoy fuimos a Bogotá Martín, Adelaida y yo. Salimos de Cajicá a las 9 AM, después de un trayecto de una hora llegamos a la casa de mi hermana a recoger mi nuevo celular... ya era justo el cambio!! Adelaida, como era de esperarse preguntó mas o menos diez veces si faltaba mucho para llegar, pero como siempre, una absoluta princesa.




Pocas ocasiones como los viajes a Bogotá para pasar un tiempo moderadamente largo con Martín, charlando de cualquier cosa..., algo difícil de lograr en la casa.



Luego a la óptica de los niños a escoger gafas nuevas para Adelaida. Llegó con la idea de las gafas azules, pero al medírselas no le gustaron. Después de mas o menos 25 pares, que luego se redujeron a 8, la elección no me sorprendió: unas gafas de marco vinotinto arriba y transparente en la parte de abajo... lo más parecido a mis gafas que pudo conseguir. Divina!!!



Las favoritas de la mamá.

Siguiente parada: dejarme en mi cita odontológica y Adelaida acompañó a Martin a una reunión. Según lo que me contaron, el cliente no llegó, la cita la aplazaron, y ellos se dedicaron a caminar por la 95, muy elegantes en la Terrine, y luego helado en restaurante frances!!! (ahí era el punto de encuentro de la reunión).



Las elegidas.

Salí de mi cita, recogí a Adelaida (Martín se quedó en su reunión), y ahora camino a la Santa Fé al control de Adelaida con la dermatóloga. Allá feliz y sonriente, la mejor paciente como siempre, salió con el regalo de navidad que le tenían guardado: una bebé de esas que hasta roncan (en serio ronca) un libro de colorear y unos colores, lo máximo!!!

Finalmente después de trancones, aguacero y angelito dormido, llegamos a la casa.

Definitivamente podría pasar todo el día sólo con la compáñía de mi Lalis y nunca sería ni aburrido ni desesperante. Es la mejor compañía, espero que siempre sea asi.

jueves, 22 de mayo de 2008

Preocupaciones

Como hasta ahora nadie, más que yo, conoce la existencia de este blog, puedo utilizarlo de desahogo y poner por escrito las cosas que no me atrevo a decir para tratar de organizarlas.


Me angustia no poder con todo, no poder tener mi casa tan ordenada como debería, no lograr que la plata me alcance, no alimentar a mis hijos de la manera natural y balanceada que debería, no poder apaciguar las pataletas de Jacobo cuando llega del jardín, no lograr que mis hijos se quieran, ser respeten y se traten bien.

A veces siento que todo se me sale de las manos y veo a los chiquitos enfermos y pienso que es un reflejo de mi estrés, y los no tan chiquitos me piden tanto que no les puedo dar... y siento que les estoy dejando pasar la vida sin tenerlos satisfechos, que los estoy dejando crecer con un sentimiento de carencia que un niño de esa edad no debería tener.

Pero también pienso que no debería sentirme tan culpable, que tienen más de lo que muchos otros ni siquiera imaginan. Que tiene unos papás que los adoran, los respetan, y dan la vida por ellos. Tienen una gran familia que aunque pueda parecerles ahora una incomodidad, les da muchos momentos de alegría que para ellos son tan normales que ni siquiera los notan. Cómo les enseño a fijarse en lo bueno que tienen y no en lo que les hace falta?

Al ver las dificultades económicas que parecen ensañadas contra nosotros, me pregunto si no será muy egoista de mi parte quedarme en la casa, con mis hijos, en lugar de mandarlos al colegio y buscar un trabajo? Entonces trato de convencerme que debería sentirme orgullosa por lo que estoy haciendo, dedicarme a ellos 25 horas al día, tenerlos conmigo en la seguridad de nuestra casa, con la libertad que les da el olvidarse del colegio.

Y es que por encima de los difíciles momentos cotidianos, son más las cosas que rescatar y muchas son producto de este estilo de vida que después de casi un año todavía es nuevo para nosotros.

Creo que al final y después de tantas quejas el balance es positivo. Estamos haciendo las cosas bien, aunque tener tranquilidad económica ayudaría mucho a tranquilizarme en los demás aspectos. Será seguir leyendo El Secreto, a ver si me convezo de cambiar mi forma de pensar a una más optimista... es dificil después de tantos años duros.