viernes, 23 de mayo de 2008

Dulce compañía

Hoy fuimos a Bogotá Martín, Adelaida y yo. Salimos de Cajicá a las 9 AM, después de un trayecto de una hora llegamos a la casa de mi hermana a recoger mi nuevo celular... ya era justo el cambio!! Adelaida, como era de esperarse preguntó mas o menos diez veces si faltaba mucho para llegar, pero como siempre, una absoluta princesa.




Pocas ocasiones como los viajes a Bogotá para pasar un tiempo moderadamente largo con Martín, charlando de cualquier cosa..., algo difícil de lograr en la casa.



Luego a la óptica de los niños a escoger gafas nuevas para Adelaida. Llegó con la idea de las gafas azules, pero al medírselas no le gustaron. Después de mas o menos 25 pares, que luego se redujeron a 8, la elección no me sorprendió: unas gafas de marco vinotinto arriba y transparente en la parte de abajo... lo más parecido a mis gafas que pudo conseguir. Divina!!!



Las favoritas de la mamá.

Siguiente parada: dejarme en mi cita odontológica y Adelaida acompañó a Martin a una reunión. Según lo que me contaron, el cliente no llegó, la cita la aplazaron, y ellos se dedicaron a caminar por la 95, muy elegantes en la Terrine, y luego helado en restaurante frances!!! (ahí era el punto de encuentro de la reunión).



Las elegidas.

Salí de mi cita, recogí a Adelaida (Martín se quedó en su reunión), y ahora camino a la Santa Fé al control de Adelaida con la dermatóloga. Allá feliz y sonriente, la mejor paciente como siempre, salió con el regalo de navidad que le tenían guardado: una bebé de esas que hasta roncan (en serio ronca) un libro de colorear y unos colores, lo máximo!!!

Finalmente después de trancones, aguacero y angelito dormido, llegamos a la casa.

Definitivamente podría pasar todo el día sólo con la compáñía de mi Lalis y nunca sería ni aburrido ni desesperante. Es la mejor compañía, espero que siempre sea asi.

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