Imagen tomada de aquí.
Todos los años realizamos el mismo ritual, de diferentes maneras: nos llenamos de propósitos para el año que viene. Y nos prometemos, ya sea mentalmente o en voz alta frente a toda la familia, que este nuevo año sí vamos a ser más organizados con nuestro tiempo, sí vamos a perder esos kilos que nos están mortificando hace tanto tiempo, sí vamos a planear semanalmente el trabajo con los niños y no vamos a dejar para la noche anterior la organización del material, que este año sí vamos a dedicarnos un tiempo a consentirnos, que vamos a ir al gimnasio, que ... y así la lista sigue y sigue, y no sé ustedes pero al final del año son pocos los propósitos de esta lista que has sido realmente cumplidos.
Entonces, aunque la lista en mi mente es interminable, creo que el propósito para este año es ser realista con mis espectativas para poder cumplir realmente con mis propósitos.
Y la lista... la pensaré detenidamente y si no la tengo completa hoy a media noche no me importa... mañana lo único diferente será el calendario de la pared, porque el cambio de año es algo tan simbólico que si no le pusieramos tanta espectativa se sentiría simplente como un sábado igual a todos los sábados, tal vez un poco trasnochados, pero seguimos siendo los mismos.
De todas maneras, y para no dañar la magia del momento, les deseo a todos un Feliz Año 2011, que venga lleno de alegría, paz y mucho amor.
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