
No había tenido mucho tiempo, pero no quería dejar pasar el cumpleaños de Juan José sin registrarlo aquí. Su décimo cumpleaños fué el pasado jueves 22 de enero. Creo que logramos hacer que tuviera un día especial: en la mañana se estrenó su regalo, que fue un equipo de protección para montar en patineta, en la tarde vinieron sus amigos del barrio, le cantamos el Happy Birthday, comieron torta con helado y papas, tostacos y maizitos hasta que no les cupo más y luego se fueron a la calle a jugar. Y en la noche para completar el día Martín (mi esposo) y yo, lo invitamos a comer sushi, para que pusiera en práctica sus habilidades comiendo con palitos chinos (chopsticks). Siendo uno de los hijos sandwich, se le notaba que se sentía feliz de estar sólo con papá y mamá, recibiendo tanta atención exclusiva.

Debo confesar que mi relación con Juan José ha estado salpicada de un sentimiento de culpa que no desaparece del todo. De mis cuatro hijos, ha sido el único buscado, planeado, desde la fecha en que queríamos que naciera hasta el sexo, para lo cual ensayamos una teoría interesante que leímos por ahí y de suertudos nos funcionó. Sin embargo, por ser un niño con un carácter tan diferente al común de los niños, siempre siento que no lo entiendo lo suficiente, que lo estamos presionando para ser algo que no es, que no lo estamos aceptando tal cual sin quererlo cambiar... como debería ser.

Pero ahora también siento que vamos por buen camino, en el proceso de reivindicarnos y reparar lo que haya para reparar. Cada día representa para mí un esfuerzo por respetarlo y entenderlo, y hacerle ver cuánto lo quiero. Tengo que aprovechar para recuperar al niño cariñoso y dulce que casi dejo ir, antes de que crezca y se me vaya.
Feliz Cumpleaños mi Juanjo!!!